Time takes a cigarette

Sacó de su cartera aquella caja que siempre odie, despacio y con la destreza de siempre encendió un cigarro. Una vez con él entre sus dedos decidió por fin mirarme y escuchar lo que había dicho hace un rato. Me miró despacio, estudiando como siempre cada parte de mis ojos, despues de todo, a ellos siempre supo analizar, hablar y sobretodo descubrir.

Quise abrir mi boca para continuar, pero posó sus dedos sobre mis labios. Me calle. Y por fin ella también callaba; miraba el piso y sus ojos insistentes dejaban de hacer preguntas. Entonces quise guardar este momento. Ansié recordar.
Sentía entre mezclados el olor de su perfume y la brisa entrometida, cada parte de su cuerpo tapado en rosas y vainilla, cada pétalo suave tocaba su pelo, y sobretodo sus labios rojos que siempre amé. Abrí los ojos y la miré. Para cuando ella me miró, quiso besarme una vez mas…
“Nuca me gustó que fumaras, cada vez que lo haces, te extingues un poco en el acto”
Dejó que la ceniza se desplomara con el viento. Mientras yo daba la vuelta para irme .Cerraba los ojos, contenia mi respiración, de esa forma la recordaría mejor.

Reflejo

Me senté a imaginar. Ahí en ese lugar donde sólo coincido conmigo misma y las hora en constante letargo. Ahí donde guardo los pedazos bastardos, fracasos y alegrías.Quise sentirme de nuevo, saber que aquello que un día aprecie , continuaba ahí entre telas de araña y polvo, en donde nunca quiero escarbar, porque la nostalgia me mata cada vez que la miro directo a los ojos.Pero lo hice, aun tocando la fibra mas dura, comencé a llorar. Me detuve por un momento “tengo miedo”, pensé . Pero era tarde para arrepentirse.
Descubrí que habían cosas que permanecían tal como siempre. Sin embargo, otras estaban diferentes, sucias, roídas por el tiempo y manipuladas por el frió.

Contemplé mis sentimientos acabados…
De mis ojos no salían lagrimas,
No había amor,
Se acababa la esperanza.

Mis manos tiritaban; no de frió, ni de miedo, sino que de angustia.
Y además porque mi orgullo, encogido a mi lado, tapando sus ojos, lo observaba como volvía a llorar como un niño. Y me pedía a gritos, que nos fuéramos los dos a inventar nuestras historias de finales felices, sin tener que volver a convivir con estos sentimientos, que solo nos causaba mas daño. Lo abracé fuertemente, se estremeció en mis brazos, y se dejó caer desnudo al piso, cayendo incluso mas bajo que este. Dolido, intentó ponerse de pie, y dejamos atrás a los demás sueños, sentimientos y esperanzas.
Desde ese entonces caminamos lo más erguidos posible, como para que se note que seguimos ahí, inmutables. Así la gente nos ve, dejando huellas firmes y duraderas, sin importar nada, y sin que le importemos a alguien.

Creo que superamos de a poco nuestra situación, y aprendí a jugar con el teatro aficionado. Nos levantábamos todos los días, y continuábamos con nuestro show, como buenos artistas que actúan en la obra de la vida. Nos lavábamos la cara , recubríamos las ojera y luego poníamos excesivo maquillaje, para que el tiempo no nos tocara.
Salíamos inmunes, fuertes y aguerridos a la calle, riendo embusteramente al hablar con el vendedor de la esquina, para después volver a fabricar conversaciones cotidianas tal como nos habían enseñado.

Pero cada vez que llegaba la noche, mientras él descansaba de su rigidez y yacía calmado entre almohadas. Yo me miraba al espejo, y entonces saludaba a lo que quedaba, y me despedía una y otra vez de lo que no volvería jamás. Me recostaba en mi cama ancha, fracasada una vez mas al lado de mi orgullo y de las mascaras sonrientes que permanecían en el velador, esperando ser usadas al otro día.




Aqui...

Porque no se cual es el motivo.
De alguna parte salí…
En algún momento comencé a vivir.
En algún segundo, minuto o simplemente
“así nada mas!”

Vivo,
Camino,
Respiro,
Y sobre todo observo.

Aquí estoy,
Miro un poco el cielo,
Y de vez en cuando me detengo
Gasto un poco de pensamientos;
de esos que nadie escucha,
de esos que odio algunos días.
Si, solo algunos,
pues, ya me acostumbré a vivir con ellos.
Convivir con mis pesares, con las escasas experiencias.
Con una tele apagada,
Y unos cuantos papeles,
que plasman un poco de lo que no quiero decir.

Ayer a las cinco de la tarde con ocho minutos,
Me tiré en el pasto,
Cerré los ojos, y ya no era “nada”.
Paradójico suena ser “nada”,
¿Qué es ser nada?
¿Y quien era yo?
A quién le importa que a las cinco con ocho minutos
Del día de ayer, intentaba ser nada
Y me cuestionaba el lugar en dónde estaba?

A “nadie” le importa.

Heme aquí entonces.
Dejo que un par de segundos sigan mi rastro,
Para cuando pasen de largo
seguirlos, y guardarlos en mi pasado.
Miraré de nuevo el cielo y seré otra,
Pero la misma.
Escribiré un par de líneas, para plasmar ahora...lo que soy
Y aun no entenderé que fue lo que dejé en “cualquier” lugar,
Solo la vida sabrá,
Que día a día ella me construye,
Un producto de lo incierto,
Y por supuesto de nada.


Y no será más que eso…ofrecer
Sin esperar nada.
Entonces, nadie se encontrará un día a las cinco de la tarde
con ocho minutos en el pasto ,encontrando las mismas respuestas.
Pero aun así continuaré ofreciendo a la vida, mas vida.

Un par de excusas más para estar en el lugar en donde estoy.
Con un poco de rabia contenida,
O solo más amor para dar.
Para finalmente revisar las posibilidades.
Y ofreceré! : una nueva mirada,
Un nuevo escrito, un nuevo árbol,
Un nuevo libro…Una nueva vida.

La vida me construye día a día.
Nunca pensé esperarla,
Pues nunca pensé vivir,
Hasta que comencé a simplemente…vivir.
(Termino muy amplio, para que “nadie”
lo abarque).

Continuando...

Exhausto de soledad...lleno de recuerdos.
Desea y sueña con aquello que tubo y tiene.
"a veces la quiero...aunque sea a lo que mas temo"

Es esa tranquilidad con el mundo,
con sus recuerdos lo que cautiva y da vida.
Nada mas importa,
el mundo, su mundo
permanece tranquilo ahora.

Cierra los ojos una vez mas,
y la brisa trae aquellas noticias
roídas por la distancia.
Le dicen que todo es de él,
hasta lo que anhela...

Desde ahí todo lo sabe,
sabe que hasta aquello que no tiene,
está guardado bajo su almohada,
y ahi renace noche tras noche,
uno que otro pensamiento y alegoria.

La simpleza de lo que queda;
lo simple de lo minimo,
de lo invisible,
de sus circunstancias.

Señido a lo intangible,
a lo hermoso del aire,
que exhala palabras
en su oido.
Abrazando texturas escondidas
en cada frase,
y sobretodo en su mente.

Un libro escrito no leido por nadie.
Una foto.
Y lo que sembró.

La esperanza...

...Aqui dejo mis esperanzas

En algún lugar los niños lloran de hambre.
Las familias en el hastío de una realidad agotada,
Con las esperanzas extintas,
Exhaustos de seguir luchando
Por algo mejor.

Sobrellevar mis fuerzas y mis sueños,
Nuestras fuerzas, nuestros sueños,
Lejos de acá, lejos de aquello que parece terrenal.

La cotidianidad se ve difusa y agobiada.
El odio crece con cada injusticia,
Con cada cinismo,
Con un ayer marcado por la violencia.

Canalizar la rabia,
Y crear conciencia por lo que vemos,
y que muchas veces no queremos ver.

Deber apresurar mis días,
Y los de otros.
Encontrar expectativas de vida en lo simple.
Tolerar que no somos únicos.
Y sabernos apoyados por aquellos que huyen
Del horror.

Una minoría escapa,
Un número aplastado por las “circunstancias”,
Esas que no se encuentran escritas,
Pero que todos parecen seguir,
Tal vez por no sentirse aceptados.
Tal vez porque mutuamente nos rechazamos.

Al final, una mayoría que se encuentra
Sumida en el miedo.
…un número que hay que reconocer
Entre mascaras y estrategias.

El tiempo es corto,
Y las ganas crecen cuando salgo a ver por mi ventana
El dolor y sobretodo la agonía de niños que no comprenden nada
Una felicidad que buscan corromper con unas cuantas campañas
Publicitarias y con el egoísmo cotidiano.
Estableciendo lo que no parece nada nuevo ante los ojos de todos.
Pero que nadie quiere ver.
Soledad mal encaminada.

Una juventud apresurada;
Subestimamos a lo natural que nos rodea;
Creyendo que la estética vacía, llena sus vidas,
Mas esto alimenta la pobreza propia.

Estar al tanto de que somos ínfimos,
Y que nadie es mejor que otro,
porque nos cubrimos de materiales iguales,
con semejantes capacidades.
capacidades que hoy nadie utiliza en beneficio de los demás,
si no que en pro del egoísmo de cada uno.
Estar al tanto de que podemos creer.

Aceptar,
Una lucha propia,
Sin fines ocultos e individuales.
Las maniobras al alcance de todos.
Respeto por vernos como algo efímero,
Y que destruye con palabras y acciones
Incautas todo lo que está a su paso.

Dejar escapar las oportunidades por hacer algo,
Se vuelve cada vez mas fácil.
Complicado es saber que nos falta tiempo
Para mirar lo simple,
Mirarnos y comprender
Que somos entes gregarios
Capaces de construir algo mas que odio.


Lejano al ayer

Destruye y huye del calvario;
En sus ojos edifica el futuro y el pasado.
Todo para ayer…
Tu dolor para el hoy.
Ese dolor maldito que nace de la impotencia,
Al ver que todo muere…
Al ver que los sueños de otros se suicidan
Gratuitamente a cambio de una estabilidad material.

No quiere y se rehúsa a saber que cada cosa que lo rodea,
incluso lo mas bello
desaparece en con los actos entupidos de unos pocos.
Entonces, se refugia en los sentimientos que lo llenan,
En palabras,
una vista hermosa,
o simplemente el ruido de los árboles en el ocaso.

Habla de lo que no existe,
pero sabe que hay algo más allá
No habla del pesimismo,
Pero si de las cosas imposibles que algún día hará.

Vuela entre los sonidos de la ciudad
y se deja caer en los brazos de la utopía.

Construye...
Construye lo tangible,
Pero mas importante es saber que
Construye sueños, con solo saberse con el poder de hacerlo
Y a cambio no pide nada,
Solo reclama que la vida le regale ensueños infinitos.